Es que el primero suele dibujar los personajes de forma más
realista, a pesar de exagerarse todos sus rasgos sobremanera. Por su parte, el
manga suele más caricaturizado, exagerando o disminuyendo ciertos rasgos para
remarcar determinados efectos, sentimientos o expresiones. Además, en el manga
puede ser habitual mezclar dibujos muy cuidados con caricaturas totalmente
deformes de los mismos personajes dentro de una misma página o capítulo, cosa
que sería impensable en el cómic occidental.
Otra diferencia básica es el público objetivo. En occidente
el cómic en general siempre se ha considerado un género para niños o jóvenes, y
cuando alguien mayor “lee cómics” se le considera un tanto infantil. Existen
cómics para adultos, pero al margen de los eróticos, los no entendidos no salen
de este perjuicio por edad. En cambio, en Japón está plenamente asumido por
todo el mundo que, sepas o no del tema, existen mangas para todos los grupos de
edad, todas las tendencias y todos los gustos.
Los temas también son bastante distintos entre el cómic y
el manga. Así, mientras que en el manga es posible encontrar todos los temas
imaginables, y seguramente unos cuantos, de inimaginables, el cómic americano
en buena parte está instalado en el género de los súper héroes y las versiones
en papel de grandes éxitos de la pantalla o la televisión.
El formato también varía bastante. Mientras que el cómic
americano se basa en historias de unas 32 páginas que se publican en forma de
serie con volúmenes independientes, que es lo que realmente llamamos cómics,
que posteriormente pueden o no ser recopilados en volúmenes; el cómic europeo
se basa más en libros de gran formato, generalmente auto conclusivos, que nos
cuentan una historia completa, y posiblemente que no tenga nada que ver con
otras obras del mismo autor. Por el contrario, el formato habitual del manga es
el de una historia corta serializada, publicada en una revista junto a docenas
de otras historias, y que solo en el caso de las que tienen más éxito acaban
publicadas de forma recopilatoria en uno o más tomos.
Finalmente, las técnicas utilizadas también difieren, y
mientras que en el cómic lo más habitual es utilizar el color para toda la
historia, en el caso del manga las páginas de color son más bien un extra que a
veces se incluye, pero las históricas son básicamente dibujadas en blanco y
negro, poniendo una gran importancia en los trazos de tinta.
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